2014
Se diseña y realiza un estudio piloto en la Comunidad de Madrid (2014) sobre las medidas adoptadas e implementadas por un grupo de empresas de diferentes sectores de la estructura económica española. La figura de la empresa como entidad aglutinadora de muestras importantes de población, se convierte en un importante canal para informar y formar a sus empleados en comportamientos socialmente responsables. Cuando se habla de los problemas de la contaminación y de la calidad del aire, el punto de vista adoptado responsabiliza a las autoridades, administraciones públicas, etc. Es necesario educar al ciudadano para que sea consciente de su responsabilidad en la protección y conservación de la calidad del aire.
Se recaba información de las iniciativas llevadas a cabo por las empresas para favorecer la concienciación y hábitos de sus empleados, así como el grado de compromiso y colaboración de los empleados en el empeño de estas iniciativas.
Todas las compañías muestran su preocupación por la calidad del aire; en su mayoría las políticas de cuidado de medio ambiente, vienen dadas desde la dirección general y forman parte de la estrategia de la compañía. Se constata que son varios los departamentos que están involucrados en el cumplimiento de estas medidas, desde Dirección General a Recursos humanos, pasando por Medio Ambiente, RSC, Comunicación, Servicio Médico y Prevención y Riesgos Laborales.
Todas las compañías contactadas toman medidas que afectan directamente a la reducción de emisiones de CO2 y mejora del medio ambiente como, por ejemplo, renovación de la flota con vehículos más sostenibles, utilización de coches híbridos, cursos de conducción sostenible para los empleados, promoción de otros medios de transporte alternativos como bicicletas, y ahorro de energía a través de medidas que afectan a la climatización o electricidad.
Entre algunas de las nuevas medidas que están tomando y que consideran novedosas, se encuentran el análisis de la huella de carbono de cada trabajador para que este sea consciente de la repercusión en la calidad del aire que provoca su consumo de energía y la contaminación producida en sus traslados; las ayudas para la compra de vehículos híbridos o eléctricos en el caso de trabajadores que no disponen de coches de empresa, la realización de viajes en AVE frente a los desplazamientos en avión, y la sustitución de viajes por teleconferencias, más económicas y limpias.
Resaltar que no sólo trabajan en prácticas sostenibles con sus empleados, sino que también tienen en cuenta que sus proveedores utilicen energías sostenibles y se preocupen por el medio ambiente, siendo la contratación de proveedores “verdes” una prioridad.
Como conclusión, todas las empresas se sienten satisfechas con sus medidas y con el cumplimiento de ellas por parte de sus empleados, aunque consideran que hay camino por recorrer; igualmente consideran que las grandes empresas están más involucradas con el medio ambiente que las pymes, aunque ya estas empiezan a poner en práctica medidas de responsabilidad ambiental.